La Justicia les dio la razón ya en dos instancias: por un lado, en que, como vecinos organizados, tienen legitimidad para reclamar y, por el otro, en que, efectivamente, la construcción de un barrio privado podría generar “un perjuicio irreparable o de muy difícil recomposición ulterior”.
Se trata de un predio de unas 10 hectáreas en el que funcionó el Arsenal “Esteban de Luca” del Ejército Argentino y en el que predomina el espacio verde. Está ubicado entre la estación ferroviaria de Boulogne y la autopista Panamericana, en el partido bonaerense de San Isidro.
“Desde la creación de Boulogne, este espacio funcionó como un gran pulmón oxigenador y regulador de la temperatura”, plantean desde la Asamblea Vecinal. Además, señalan que cumple un función muy importante en el drenaje del agua de las precipitaciones dados los recurrentes anegamientos que se producen en la calle Ipiranga cuando llueve. “Lotearlo para poner casas o un barrio cerrado representa una pérdida irrecuperable para toda la comuna”, subrayan.
Hoy por hoy, la Asociación Civil “Para Todos Porque es de Todos” -conformada por la Asamblea Vecinal de Boulogne y vecinos de otros barrios – logró frenar las obras del megaemprendimiento inmobiliario.
De concretarse el proyecto, el único parque que le quedaría a la localidad de Boulogne (la más populosa de San Isidro) sería el Carlos Arenaza -de 3,3 hectáreas, ubicado en la calle General Lamadrid 186-, “que es muy chico para la población que tiene el distrito y está lejos de lo que marca la ley”, afirma Silvina Thomas en diálogo con Noticias Cerca Tuyo.
Un número que no cierra
Con casi 80 mil habitantes, la localidad de Boulogne Sur Mer es la más extensa y poblada de San Isidro. Pese a ubicarse en un municipio con diversos espacios verdes -aunque no grandes parques- y el privilegio de una extensa costa sobre el Río de la Plata, se trata de una ciudad con apenas un metro cuadrado de espacios verdes públicos por habitante, muy por debajo de lo recomendado desde el punto de vista urbanístico, ambiental y de la salud.
De hecho, la recomendación internacional marca establece entre 9 y 10 metros cuadrados de espacio verde por habitante, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluso cita cifras de hasta 15 metros cuadrados por persona.
Por eso, las 10 hectáreas que ocupa el predio del ex arsenal son consideradas vitales por los vecinos organizados en torno a la defensa del predio. “Parque Boulogne 100 % verde. No al loteo”, reza la bandera que todos los martes desde hace más de un año y medio enarbola la Asamblea de Vecinos cuando se reúne, cerca de las 19, en la puerta del Arsenal “Esteban de Luca”.
Una ley que protege
En la provincia de Buenos Aires rige la Ley de Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo, promulgada durante la última dictadura, aunque con numerosas modificaciones y decretos reglamentarios posteriores.
Esas normativas fueron fijando a lo largo de los años los lineamientos sobre el uso y la ocupación del suelo.
En materia de protección del medio ambiente y el patrimonio, establecen la obligación de evaluar el impacto ambiental y la sustentabilidad de los proyectos, con el fin de evitar el crecimiento no planificado.
En cuanto a los espacios verdes, determinan cantidades mínimas por habitante para su creación y distribución: 3,5 metros cuadrados por habitante para plazoletas y plazas; 2,5 metros cuadrados para parques urbanos; y 4 metros cuadrados para parques locales.
Además, la normativa establece que todo emprendimiento de subdivisión del suelo (loteo, urbanización, barrio cerrado, parque industrial, entre otros) debe ceder al menos el 10 % de la superficie total del terreno al uso público. Estas cesiones deben destinarse a calles, plazas, parques, reservas y equipamientos comunitarios, de acuerdo con los artículos 56 a 58 del Decreto-Ley 8912/77.
Según los integrantes de la Asamblea Vecinal, el parque lineal que el desarrollo urbanístico contempla actualmente, anunciado en enero pasado por la propia Municipalidad de San Isidro, no cumpliría con esa exigencia.
Cuál es la historia
El terreno en cuestión arrastra una larga historia de idas y venidas. Si bien en su origen era un predio privado, durante la presidencia de Juan Domingo Perón fue expropiado para la instalación del arsenal.
Antes de eso, había sido un campo de pastizales utilizado para el pastoreo de caballos, por la cercanía con el club hípico.
Tras una larga batalla legal contra el Ejército Nacional, en los años ’90, la extensa superficie fue recuperada por manos privadas.
En ese momento, una ordenanza del Concejo Deliberante de San Isidro -en tiempos en que el intendente era Gustavo Posse- modificó su zonificación en el Código de Ordenamiento Urbano y, de ser reserva urbana, pasó a ser “zona residencial por una parte, y comercial por otra”, cuenta Thomas.
“Ahí es donde el privado vendió el predio y el Estado, ya sea nacional, provincial o municipal, debería haber dado cumplimiento a la ley comprándolo para darle un uso público”, completa.
Sin embargo, el lugar pasó a manos de una sociedad anónima de origen uruguayo.
Luego vino una etapa de abandono. Según cuentan los vecinos de la asamblea, en 2013, la municipalidad tuvo que intervenir el predio por denuncias y quejas por falta de mantenimiento y presencia de ratas.
El derrotero de estas hectáreas verdes tiene una parada singular: en 2017 -organizado por el municipio y AcercArte, el programa cultural de la gestión de María Eugenia Vidal- el terreno fue utilizado para realizar el festejo por los 53 años de Boulogne. Entonces, el 9 y el 10 de septiembre, actuaron Kapanga y Valeria Lynch, con entrada libre y gratuita.
En paralelo, ese año fue realizado un”precario estudio de impacto ambiental por parte de la sociedad propietaria del predio para la realización de un desarrollo urbanístico. Ese informe fue aprobado por un “decreto de factibilidad” en 2018 y, luego, modificado en 2023, cuando aún Gustavo Posse era intendente.
Al iniciar su gestión el actual jefe comunal, Ramón Lanús, el expediente siguió su curso. Según los integrantes de la asociación civil conformada por los vecinos, ese informe de impacto ambiental fue el utilizado como fundamento por el municipio para otorgar el permiso de obra en enero pasado, es decir ocho años después de haber sido realizado, cuando ya había perdido toda vigencia.
Los puntos principales de la megaobra que son cuestionados judicialmente por la Asamblea Vecinal son que no se realizó ningún tipo de audiencia pública, como marca la normativa para este tipo de desarrollos, y que no se completó ni actualizó el estudio de impacto ambiental.
El proyecto inmobiliario
Su nombre es Urbana Santa Rita. “Regalale a tu familia la posibilidad de vivir de una manera distinta. Lotes residenciales en un terreno de 10 hectáreas con una ubicación única en San Isidro”, promocionan en la web.
La obra -indican los vecinos- fue encargada a la constructora Rukan por parte del propietario del predio, que es la firma “Santa Rita Desarrollos Sociedad Anónima Unipersonal”, anteriormente llamada Sociedad Anónima Las Piedras.
Delimitado por la avenida Avelino Rolón, las calles Ipiranga y Serrano, y el Cuartel Boulogne, el desarrollo se presenta como un futuro barrio “con todos los servicios e infraestructura subterránea, a pocas cuadras del ferrocarril Belgrano y el centro comercial de Boulogne”.
La propuesta comercial supone la venta de 49 lotes de 300 a 750 metros cuadrados cada uno y un ancho mínimo de 12 metros.
Además, la propuesta inmobiliaria incluye la mención a “un gran parque lineal sobre el sur” que -según dicen desde la Asociación Civil Para Todos Porque es de Todos y la Asamblea Vecinal Parque Boulogne- “en verdad se trata del espacio verde de un boulevard que se construiría fruto del ensanchamiento de la calle Ipiranga”, una obra anunciada este año por la gestión de Ramón Lanús.
Los trabajos que habían comenzado a comienzos de año fueron frenados merced a la medida cautelar lograda por los vecinos a fines de septiembre pasado.
“Talaron una hectárea entera de árboles nativos, con predominio de cina-cina, y destruyeron otro bosque que había en el lugar”, advierte, sin embargo, Thomas.
Un parque lineal que “no alcanza”
En enero de este año, el mismo mes en el que fue otorgado el permiso de obra a la constructora Rukan, la Municipalidad de San Isidro anunció oficialmente la creación de un “nuevo parque público en Boulogne”.
“Con más de una hectárea, el parque de Ipiranga ofrecerá nuevos espacios verdes, áreas de descanso, zonas para realizar ejercicios y juegos infantiles para el disfrute de todos los vecinos; implicará una transformación integral que busca una mayor seguridad y un mejor ordenamiento del tránsito en la zona como parte del trabajo que lleva adelante el Municipio para la puesta en valor de Boulogne”, informó el Ejecutivo local.
Y agregó: “Ipiranga es hoy en día una calle angosta de doble mano, con poca circulación e iluminación. A partir de la nueva obra, los sentidos de circulación de la calle estarán separados por un amplio boulevard que constituirá el nuevo parque lineal de 22 metros de ancho y una extensión de más de 600 metros”.
“Ellos dicen que hacen un parque, pero es un boulevard que sirve de entrada al barrio privado”, advierte Mariana García, también de la asamblea vecinal.
“Nosotros queremos que el 100 por ciento del terreno sea verde y abierto a la comunidad”, subraya.
El conflicto por el predio del ex Arsenal refleja, en definitiva, un dilema muy urbano: ¿qué lugar ocupa el derecho a un ambiente sano frente al avance de los negocios inmobiliarios? Para los vecinos de Boulogne, la respuesta es clara. “Hay situaciones donde deben primar los derechos colectivos por sobre los privados, para beneficios de futuras generaciones”, argumentan.
Habrá que ver qué papel jugará la Justicia cuando se pronuncie sobre la cuestión de fondo, que es, ni más ni menos, que el destino del predio.
