El Concejo Deliberante del partido de Vicente López, en la zona norte del conurbano bonaerense, tiene previsto debatir mañana en el recinto una prórroga por 30 años del usufructo del que goza una escuela privada de un total de 2,5 hectáreas sobre la costa del Río de la Plata.
“Desde 2020 las asociaciones vecinales venimos solicitando que el convenio no se prorrogue, con el fin de recuperar ese espacio para el uso público”, plantean desde un colectivo de agrupaciones identificado con el nombre de Movida Ambiental Vicente López en la red social Instagram.
La propuesta de este grupo de vecinos es que las tierras que desde 1993 son utilizadas por la Asociación de Escuelas Lincoln vuelvan a manos de la Municipalidad de Vicente López para que una parte de ellas sea destinada a “aumentar la superficie del parque público del entorno” y otra a “ser incorporada en la pequeña reserva ecológica” que se encuentra adyacente a ese lugar, en La Lucila.

En esos terrenos, desde hace largas décadas, funciona el campo de deportes de la prestigiosa institución educativa, ubicada en la calle Andrés Ferreyra al 4000, a pocos metros de la neurálgica calle Paraná y el río.
Según aseguran desde las agrupaciones vecinales, el 20 de noviembre último el Ejecutivo local giró al Concejo Deliberante un expediente (el 451/25 EEMVL 4580/25) en el que se homologa un convenio firmado el 17 de marzo último, entre la Asociación Escuelas Lincoln y el Municipio. En función de ese acuerdo, la institución educativa pagaría un total de 4.500.000 dólares por el uso exclusivo de esas hectáreas por los próximos 30 años.
Plan costa 100% pública
La Municipalidad de Vicente López, encabezada por Soledad Martínez, viene llevando adelante una iniciativa que apunta a recuperar toda la costa pública, de manera tal que los vecinos puedan disfrutar plenamente del río y los espacios verdes cerca de sus casas.

Esas obras incluyen la ampliación del paseo costero, la mejora de los accesos, la construcción de nuevas veredas y rampas, la incorporación de cámaras de seguridad, mayor iluminación y una pasarela completamente renovada.
Según aseguran desde la gestión municipal, la iniciativa tiene como objetivo poner a disposición de los vecinos el frente costero del partido en su totalidad, que cuenta con más de 5 kilómetros de costa comprendidos entre la calle Paraná, al límite con San Isidro, y la avenida General Paz, que separa al distrito de la ciudad de Buenos Aires.
En el marco de esa propuesta, durante este año quedó habilitado el tramo de la costa de la calle José Ingenieros -que se inicia en Tomás Espora y se conecta con el tramo de la costa de la calle San Lorenzo- con senderas y bicisendas.
Un oasis
Uno de los tesoros escondidos en la ribera de esta zona del norte del conurbano es la Reserva Ecológica de Vicente López. Se trata de un espacio de 2,5 hectáreas ubicadas a la altura de la calle Paraná y el río, en el barrio de La Lucila.
En sus 900 metros de senderos, se pueden recorrer ambientes naturales como el pastizal, el talar, la selva marginal, el sauzal, el pantano y la laguna, que existían en Vicente López previo al avance de la urbanización.

Inaugurada en el año 2000, en la reserva hay una amplia diversidad de plantas nativas, como así también más de 250 especies de aves y más de 80 especies de mariposas.
Incluso, en épocas cálidas, se pueden ver lagartos overos tomando sol en los senderos y tortugas acuáticas.
Además, allí funciona un vivero municipal, en el que se producen plantas nativas que se utilizan tanto para enriquecer la flora del lugar como la del resto del municipio.

El Ceibo
Las hectáreas del municipio que se encuentran bajo el usufructo de la Asociación de Escuelas Lincoln y cuyo uso exclusivo podría ser prorrogado por otros 30 años, lindan en su lado sur con la calle Paraná y, en el lateral norte, con el Barrio El Ceibo.
Allí, la municipalidad de Vicente López desarrolló, años atrás, una obra integral que fue distinguida por la Sociedad Central de Arquitectos, en el marco del Premio Nacional para la Identificación de Mejores Prácticas de la Secretaría de Infraestructura Urbana.
El reconocimiento, -otorgado en 2019- se dio dentro de la categoría “Renovación Urbana” por el trabajo hecho en el barrio, que marcó un antes y un después para la zona.
Hoy, ese barrio popular cuenta con calles asfaltadas, lo que facilita el acceso y la circulación, y también posibilita que todos los vecinos y visitantes puedan recorrer y disfrutar la costa del río en ese tramo, antes vedado, en los hechos, al acceso público.
